Las empresas manifiestan cierta preocupación por atraer y retener el talento.
Hay empresas que consiguen atraer a los mejores profesionales del sector, les recompensa adecuadamente y crea un entorno dónde puedan desarrollar sus capacidades. Para toda organización el valor real del desempeño de sus profesionales es importante y el sistema de gestión del desempeño es un instrumento que permite dirigir la atención de toda la organización hacia el desarrollo profesional de las personas de la organización.
Un buen sistema de gestión del desempeño ayuda a la organización a identificar el potencial de las personas, a concentrarse en los objetivos, a orientar a la organización hacia estos objetivos cuidando el estilo de trabajo y a crear un estilo de marca que será reconocible en el mercado.
Para implementar un sistema de gestión del desempeño, la compañía deberá identificar objetivos realistas, disponer de un buen sistema de asignación y llevarlos a cabo de manera coherente con los valores de la organización.
Estas premisas garantizarán el éxito del sistema y evitaran que se convierta en un instrumento de desmotivación y generador de tensiones para las personas de la organización.
La gestión del desempeño es un proceso integrado y continuo que tiene que llevar a cabo conjuntamente el mando y el colaborador/a y consta de tres fases:
Planificación: identificar las expectativas de desempeño y fijar las metas para un período determinado.
Seguimiento: realizar un seguimiento con el propósito de dar feedback, apoyar y reforzar el desempeño actual para lograr las expectativas.
Evaluación: evaluar el desempeño conseguido al final del período en relación al fijado en la planificación para analizar las tendencias e identificar las áreas de oportunidad y las fortalezas de manera que permitan planificar el desempeño para el periodo siguiente con la máxima exactitud posible.
Las principales ventajas de un sistema de gestión del desempeño son:
- Los/as trabajadores/as saben lo que se espera de ellos.
- Los/as trabajadores/as conocen como su trabajo contribuye y se relaciona con el conjunto de la organización.
- Genera y facilita la comunicación entre el jefe y el colaborador/a.
- El/la colaborador/a participa en la definición de su desarrollo profesional (fijación de objetivos y competencias).
- Proporcionar apoyo continuo a los/as colaboradores/as para que puedan lograr los objetivos y desarrollar las competencias esperadas.
En definitiva el desempeño de cada persona en su trabajo está en función de la personalidad, de lo que la persona hace y de los resultados que obtiene.
La gestión del desempeño es una política de recursos humanos y está muy vinculada al resto de políticas. Las aplicaciones de esta política son diversas y todas se tienen que adaptar a la organización. A título de ejemplo podemos citar: Plan de formación y desarrollo individual y general, Definición de planes de carrera, Identificación del potencial, Recompensas (económicas y no económicas).